¿Merece la pena?
Como dije en el post anterior, el PP ha tomado una medida que llega tarde. Pero ha servido para que los liberales más benévolos con Alberto Ruiz Gallardón, entre otros, nos rasgemos las vestiduras y reneguemos de él como político para los restos.
A pesar de todas las críticas que recibe, siempre he defendido que Gallardón es el alcalde perfecto para una gran ciudad: piensa en el desarrollo de las infraestructuras, en la oferta cultural, y en el dinamismo económico. Es un gran gestor, a pesar de lo que digan Miguel Qué y sus secuaces, que como saben que van a perder, rebuznan tonterías.
¿Pero compensa tener asegurada una ciudad importantísima el tener que aguantar a un señor sin ningún tipo de principios morales o ideológicos, que se aferra al caballo ganador, auqnue este pisando el suyo propio?
Sus declaraciones de ayer respecto a Polanco&cía le posicionan en un relativismo peligroso, sobre todo teniendo en cuenta la batalla de las ideas que su partido tiene que librar de cara a volver al gobierno.
No voy a pedir un váyase Gallardón, porque es el menos malo. Aun así, Rajoy debería darle un tirón de orejas, si es que todavía puede; y hacer que quite la demanda a Federico Jiménez Losantos, que va a pasar de hacer el ridículo a acabar cansando a sus votantes.